ESTRÉS TÉRMICO EN EL ENTORNO LABORAL

Tras la publicación del Real Decreto-ley 4/2023, de 11 de mayo, que modifica el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, que entra en vigor el 13 de mayo, se establecen medidas de prevención de riesgos laborales que afectan directamente a los sectores de la agricultura, transporte y obras de construcción (entre otros):

Algunas de las actualizaciones son las siguientes:

  • Prohibición de desarrollar determinadas tareas durante las horas del día en las que concurran fenómenos meteorológicos adversos, en aquellos casos en que no pueda garantizarse de otro modo la debida protección de la persona trabajadora.
  • Reducción o modificación de las horas de desarrollo de la jornada prevista dependiendo de los avisos de fenómenos meteorológicos adversos de nivel naranja o rojo.

El estrés térmico se refiere a las condiciones ambientales que pueden afectar negativamente la salud y el bienestar de los trabajadores debido a la exposición excesiva al calor o al frío. Es fundamental evaluar y controlar adecuadamente el estrés térmico para garantizar un entorno laboral seguro y saludable.

En primer lugar, es esencial realizar mediciones periódicas de temperatura y humedad en los espacios de trabajo, tanto en áreas exteriores como interiores. Estas obtienen datos objetivos sobre las condiciones ambientales y ayudan a identificar posibles situaciones de estrés térmico.

En el caso de espacios exteriores, es importante utilizar instrumentos de medición adecuados, como termohigrómetros, para evaluar la temperatura y la humedad relativa del aire. Estas deben realizarse en diferentes momentos del día y en distintos horarios del lugar de trabajo para obtener una imagen completa de las condiciones ambientales.

Por otro lado, en los espacios interiores, se debe prestar especial atención a la ventilación y al sistema de climatización. Es importante mantener un equilibrio adecuado entre la temperatura y la humedad relativa del aire para evitar situaciones de estrés térmico. La utilización de sensores de temperatura y humedad y la supervisión regular de los sistemas de climatización son medidas clave para garantizar condiciones óptimas en el entorno laboral.

Además de las mediciones ambientales, es fundamental realizar evaluaciones individuales de los trabajadores expuestos. Esto implica analizar factores como la carga de trabajo, la ropa y los EPI utilizados, así como las características personales de cada individuo (edad, condición física, experiencia previa, etc.). Estas evaluaciones permiten identificar a los empleados más vulnerables y adoptar medidas específicas de prevención y protección.

Con base en los resultados obtenidos de las mediciones y evaluaciones, se deberán implementar medidas preventivas y correctivas adecuadas para controlar el estrés térmico. Algunas de estas medidas podrían incluir la adaptación de los horarios de trabajo para evitar las horas de mayor calor, la implementación de pausas frecuentes en lugares frescos, la provisión de EPI adecuados y la capacitación de los trabajadores sobre los riesgos y medidas preventivas relacionados con el estrés térmico.

En resumen, las mediciones de estrés térmico en el ámbito laboral, tanto en espacios exteriores como en interiores, es esencial para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores. Realizar mediciones ambientales y evaluaciones individuales, así como implementar medidas preventivas y correctivas, contribuyen a crear un entorno laboral seguro.

Recuerden que la prevención de riesgos laborales es responsabilidad de todos, y juntos podemos crear un ambiente de trabajo saludable y seguro.

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